lunes, 31 de diciembre de 2012

Integralmente, creo


(La sensación de que hay muchas canciones que describen mis malestares, angustias y alegrías, logros, victorias.)


Sé que un ser viviente, una persona, un pedazo de sociedad tiene que estar bien con uno mismo para estar bien con los demás. Pero eso, la sociedad...mientras estemos inmersos en el sistema único en el que las actuales clases dominantes manejen los ideales y los conceptos, nada puede cambiar integralmente. Uno puede empezar por los pequeños cambios y éstos ayudan a sobremanera. Pero, me pregunto, por qué se fomenta la autodestrucción de la vida y se hace de lo benéfico algo comercial. Extender la creencia y el descreimiento en simultáneo para llenar bolsillos fabricados con materiales naturales...¡cuánta ironía!

(Sé que la ingenuidad en varios aspectos muchas veces me corroe, pero no me avergüenzo de ello. Una de las cosas que más disfruto en esta vida es aprender de lo nuevo y ver cómo todo puede llegar a ser una novedad; ¡todo es una novedad, cada día!)

Este sistema que te escupe tristezas en cajas y paquetes brillosos para captar tu atención y hacerte promesas utópicas. Que habla de conceptos que no comprende. Que maneja a las personas cual si fuesen seres inanimados. Que crea estereotipos e imaginarios que las mayorías aceptan como verdaderos y las establecen como normas cuando no siempre es así. Que martiriza con cada palabra cuando el que no puede hablar es aún más acallado. Que con la ambición material promulga la hecatombe de las relaciones interpersonales e intrapersonales...¡mi pecho vomita un repudio a ello!
Si en algo he reforzado mis creencias, es en que uno debe creer y argumentar en favor de lo que ha vivido. No todos los cuerpos son iguales, no todos los contextos son similares. ¡LAS DIFERENCIAS SOBRAN! El error de generalizar y no respetar a las minorías ES AQUELLO QUE NO NOS PERMITE LOGRAR UNA TRANSFORMACIÓN INTEGRAL.

Últimas y Primeras Pasiones


Y cuando le interesa algo, las sombras recubren el techo de sus mejillas y las venas exaltan en sus ojos. Pero finalmente llora y esboza algo de felicidad cuando siente que hizo bien,que nunca se rindió hasta llegar a su cometido. No era una obsesión, un significativa obsesión. Lo quería, le interesaba y le daba tristeza desistir. Quería gritar, pero decidió que sería mejor que nacieran palabras de su interior de manera que otros pudieran leerlas días más tarde y que no se esfumara en  el aire como una onda sonora, como un pasaje en el dial de una radio.
No buscaba una lluvia que realmente la mojara, pero se encontró con ella, y se mojó y le gustó y se rió y lo disfrutó . Pensó que no necesitaría ayuda, pero descubrió que el orgullo a nada conduce. Le cuesta hablar y a veces lo hace tan tarde que la marea de sus alrededores sufre. Pero tiene miedos, miedos que la hacen sentirse como un lobo en el pastizal con corderos como familia y que con sus malos actos los muerde lentamente, ¡qué mal que se siente así! Pero todo pasa, y el recuerdo queda. ¿Qué sería de ella sin su memoria?
Que deje las pasiones de lado, le dijeron. Nunca supo hacerlo, ella vive de eso, es eso. Le duele no tenerlas, pero los excesos no son buenos.
No puede liberarse de forma completa, no puede respirar bien por los resabios de su vida anterior que a veces le quitan el sueño y no la dejan actuar bien y la hacen herir, no la dejan salir del bar oscuro que en algún momento sintió que era su vida, o que en este momento se está dando cuenta que fue.
Cuando el bolsillo muerde los amigos desaparecen, dicen. No le sucedió de forma tan literal aunque ella se vio así afectada. Un mito desterrado, aceptó; la acompañó más la amistad de muchos. Respetan autorías y pensamientos, algunos más, otros menos.
Masculina, como cualquier mujer y adulta como cualquier niño. Lleva la energía de la germinación de las plantas porque así el lazo sanguíneo lo quiso, así el lazo sanguíneo de la hermandad se lo enseñó. Pero le duele aún no poder vivirlo de esa manera, ya que esa hiriente vida la persigue, no la deja liberarse y hace que sus cortocircuitos sean perjudiciales no solo para ella. ¡Cómo le gustaría que la noche la escupiese y la alejara para siempre!
¡Qué ferviente hermosura saber que cada día nuevo es una novedad, sin caer en la redundancia de usar el tiempo privilegiado por la burguesía capitalista como medidor de tales lapsos!

Bandana Roja

Hay personas que se disgustan con tu liberalismo,
hay personas que se molestan por tu forma de percibir el mundo,
personas a las que no les gusta tu forma de vestir
y te separan de su 'normalidad'.

Hay personas que detestan tus relojes
porque no pueden controlarlos
escapan a sus tiempos,
¡No te pueden cooptar!

Esas personas pueden irse al diablo
y un poco más alla.
¡Pero vos no! No podrías, no.
Te estarías cuestionando
la existencia de su antítesis.